Un distrito escolar de Nueva Jersey pagó $ 325,000 a una maestra local que dijo que se le ordenó borrar digitalmente un logotipo pro-Donald Trump de la camiseta de un estudiante en una foto del anuario.
El acuerdo fue aprobado el jueves por la junta escolar de Wall Township, según NJ Advance Media .
La maestra, Susan Parsons, se retiró del distrito escolar después de que dijo que fue víctima de un chivo expiatorio y amenazada por el problema, que despertó la atención nacional en 2017.
El medio informó que el pago lo hará la compañía de seguros del distrito. Ella demandó al sistema escolar en 2019.
El distrito no reconoció responsabilidad ni irregularidades.
Parsons dijo que en 2017, una secretaria que actuó en nombre de la directora le ordenó que quitara el logotipo de «Trump Make America Great Again» de la camisa del estudiante y que pareciera que llevaba una camiseta de color azul marino.
Parsons recibirá alrededor de $ 204,000 y el resto del acuerdo cubrirá los honorarios de los abogados, según el acuerdo.
Se reeditó otro anuario con la foto inalterada del estudiante con la camiseta de Trump.
La censura de Trump de las grandes tecnologías aviva los temores de seguridad global
La rápida y generalizada demolición de Trump mientras aún era presidente tiene consecuencias globales más amplias, lo que obliga a otros países a evaluar sus canales de comunicación para detectar posibles riesgos para la seguridad nacional, dicen los expertos.
Líderes mundiales, incluidos el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, la canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro australiano interino Michael McCormack han condenado las medidas recientes de algunas de las empresas tecnológicas más grandes del mundo, argumentando que las empresas violaron los protocolos de libertad de expresión y tienen demasiado poder. Otros, como el crítico del Kremlin Alexei Navalny, han acusado su censura de Trump de estar motivada por políticas partidistas.
Los expertos dijeron a La Gran Época que esta censura por parte de las grandes tecnologías podría hacer que los países consideren desarrollar sus propias plataformas en lugar de depender de un puñado de empresas privadas estadounidenses que tienen la capacidad de cortar la comunicación a millones. También se han planteado preocupaciones éticas, así como qué hacer con la Sección 230, una ley obsoleta que protege las plataformas de los litigios por el contenido que publican sus usuarios, que los críticos y los legisladores dicen que debe ser derogado o reformado.